lunes, 27 de septiembre de 2010

Inventarte.

Las raíces de los árboles, a trompicones,
se abren camino para encontrarte,
los gusanos, tejen la telaraña
que ha de emboscar tu retirada.

En el laberinto,
se guarda la llave de tu cautiverio.

Ya solo nos queda inventarte.

Mareaxe