domingo, 17 de abril de 2011

Quizás un viejo reloj sea.

Solitaria en mis sueños entras/ noche pesada de luna opuesta,/ que en un rincón lastras mi vida /y yo que cancelo las horas que pasan/ arrebatándole al tiempo las manijas que concluyen inalteradas, el círculo para volver a nacer y morir/en un intento desesperado de mi conciencia por descifrarte/ y hacer mío el reflejo en el agua de esa alma mía/ que aún me falta para sentirme humano y mortal,/ y no cosa anticuada en el olvido, /detalle de orfebrería a veces barata,/en ocasiones reliquia,/ un estorbo del cual no se pueda uno desprender,/ porque así es mi presencia cuando te encuentro/ y certeras tus manos giran el destino de mi esfera que corre sobre el lamento/ y la noche solitaria que sobre mis sueños entras.

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