viernes, 24 de abril de 2009

La leyenda del hombre árbol V

La subida hasta la atalaya del norte era pronunciada, incluso con luz suficiente se hacía difícil la ascensión a la carrera, el camino era angosto y los que comandaban la partida tenían serias dificultades para mantenerse por el buen camino, solo la experiencia que da la memoria por lo hecho muchas veces les guiaba en esas condiciones, los demás se limitaban a seguirse en fila india, si uno se equivocaba el resto haría lo mismo.Las campanas y su repiqueo suplicante les animaba a no perder el paso, pero la niebla allí se convertía más en un muro que en un acto de la naturaleza. No había duda ya, de que todo aquello que estaban viviendo no era fruto del azar y sí de un ente maligno, sea cual fuere.Súbitamente las campanas dejaron de sonar, todos a una pararon en seco como movidos por un resorte invisible que les hacía sentirse una única entidad, en cuestión de segundos una extraña calma inundó la atmosfera, aquello realmente inquietó más a los hombres que emprendieron la marcha con más brío si cabe. Sujetaban sus armas en tensión, como a la espera de que en cualquier momento el maligno o algún extraño ejército enemigo los emboscase aprovechando la niebla maldita. El silencio entre ellos solo se rompía por el sonido de los mocasines golpeando la tierra y los resuellos por el esfuerzo mantenido en la subida. Ya faltaba poco para alcanzar la cima, eso tensionó más aún sus espíritus, el miedo empezaba a ganar terreno entre aquellos hombres rudos y temerarios. Ante el mal, solo unos pocos logran permanecer erguidos. Al fin llegaron al pie de la atalaya, nadie salió a recibirlos pero lo que vieron ante sus ojos los dejó petrificados….

Mareaxe

4 comentarios:

  1. Un placer pasear por tus letras.
    Te abrazo
    MentesSueltas.

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  2. QUE BUENO ESTO!!!! ME QUEDO CON UNA FRASE QUE ME LLEGÓ AL ALMA..."ANTE EL MAL, SOLO UNOS POCOS LOGRAN PERMANECER ERGUIDOS"...CUANTAS JOROBAS TENGO EN MI ESPALDA...
    BESITOS

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  3. Más, quiero más. En serio está muy bien. De nuevo consigues que unas cuantas letras tengan vida propia y nos emocionen.
    He estado leyéndote estos días aunque no haya comentado. La verdad es que solo entro a leer, pues ando escasa de tiempo.
    Un beso. Ana.

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