domingo, 4 de enero de 2009

Mi nombre

Mi nombre, no lo nombres,
Déjalo morir.
Que se apague en el fuego del silencio,
Que se alimenta de tus palabras.
Déjalo que repose en el descanso del olvido,
Y junto a él tus labios que me llamaron.
Pero a tu nombre,
Junto al mío pronunciado,
A ese déjalo vivir,
Pues tu nombre es el primero,
Que con tu voz al mío ha llamado,
Y me hizo dueño de ti.

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