martes, 3 de febrero de 2009

El Cobrador

El cobrador no faltaba jamás a ninguna de sus citas con los clientes de la compañía eléctrica, era imperturbable al desaliento, con lluvia, con nieve, a pleno sol, él jamás dejaba de acudir a sus visitas de primeros de mes, era su obligación y la cumplía sin demora, implacable, todos tenían que pagar, era la norma y la norma estaba por encima de todos.
Llegaba a una casa, llamaba a la puerta, ¿fulanito de tal? son dos mil pesetas, llamaba a otra puerta, ¿menganita? son dos mil pesetas y así hasta completar el recorrido. Nadie lo recibía con agrado, todos lo detestaban ya que ni una sola vez, ni siquiera en los casos más extremos hacía la vista gorda y dejaba pasar una mensualidad a quien sabía no podía pagar. Su sonrisa, desconocida por inexistente era un misterio incluso para su mujer e hijos, “La obligación es la obligación, y con las obligaciones no se juega” repetía siempre que su mujer le pedía un poco más de dulzura en el trato ajeno, “es mi trabajo y punto” sentenciaba.
Un día, como a todos los primeros de mes, el cobrador se dispuso para realizar su tarea, recogió los recibos en la oficina central, los colocó por orden de recorrido y con la determinación de años de oficio quiso empezar su trabajo, pero he aquí que una mano fría y huesuda lo detuvo en seco nada más poner un pié en la calle, el cobrador confundido le preguntó a la figura que le obstaculizaba el paso- ¿Qué quiere Ud. acaso no ve que llevo prisa? He de realizar mi trabajo-, entonces la figura lo miró fijamente y el cobrador asustado comprendió. Yo también realizo el mío le contestó de forma seca aquella presencia, yo también debo ser implacable en mis cobros, tengo obligaciones y como Ud. sabe las obligaciones son sagradas y en su caso más. La figura sonrió burlonamente y eso fue lo último que el cobrador vio en su vida, su cuerpo yacía tendido en plena calle y por primera vez en años los vecinos pagaron gustosos sus recibos, al fin y al cabo las obligaciones son las obligaciones, y estas son sagradas se repitieron los unos a los otros….


Mareaxe.

3 comentarios:

  1. Jo, Mareaxe, tus cuentos son todos para hacer cortos.

    Son geniales.

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  2. pobre cobrador, eso le pasa por no saber trova...
    le hubiera cantado son de la muerte:

    muerte perversa
    estado de coma
    con mi inexperiencia
    te jodí, cabrona!

    saludos!!!!

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  3. Todo se acaba pagando en esta vida, aunque intentes huir de ello.
    Un beso

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