Aquella noche estaba de guardia, no había trabajo lo cual era bueno, estaba un poco harto de hacer autopsias de jóvenes que morían en accidentes de coche o de drogadictos que se pasaban con la dosis. Su compañero había salido un momento a la cafetería del hospital, decidió entonces hacer algo distinto para variar pero, ¿qué hacer en una sala de autopsias aparte de autopsias?
Se fue entonces hacia una mesilla, ya tenía algo pensado. Encendió las cámaras de grabación, dispuso de los micrófonos tal y como si se tratase de una autopsia de verdad, se tumbó boca arriba mirando una de las pantallas de seguimiento y con mano firme empezó a cortar su propio cuerpo……
Menos mal que los muertos no sufren, que no sienten dolor, porque el suyo era insoportable. Tranquilo, le dijo el viejo al que había practicado la autopsia hace unas semanas, el zombi que le acompañaba desde entonces a todas partes, tranquilo y piensa que en poco estarás como yo y entonces sabrás de que has muerto, tú sigue con tu autopsia…
Mareaxe.
Impresionante relato el tuyo,me alegra que te haya gustado el mio y por supuesto que tu me has inspirado para escribir, algo que voy ha intentar continuar por lo menos poco a poco.
ResponderEliminarUn abrazo
Jo, qué fuerte... sirve perfectamente para un corto de terror.
ResponderEliminarMagnífico relato.
Un beso grande.
Fuerte. Una frialdad propia de la muerte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es que para ver a los muertos
ResponderEliminarya no se va al camposanto
saludos!
Es más importante saber de qué vivimos que cómo morimos, así que las autopsias deberíamos hacernoslas vivos : )
ResponderEliminarBesos
Ays!!! que repelus ;)
ResponderEliminarG-E-N-I-A-L
Besos
Estupendo relato.
ResponderEliminarUn abrazo :-)
Uff, qué historia más sádica, por favor xD.
ResponderEliminarPero me ha gustado mucho. El final no se lo espera nadie.
Saludos,
Sara.
Muy bueno, Mareaxe. Realmente impacta.
ResponderEliminarSuerte con el relato :)
[arto, con ache]
Gracias Susana, cierto es....
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