¡ Y tú qué alma fingida!,
Que te aproximaste volando en la noche cerrada de mi inocencia gloriosa,
¿ Qué traes contigo, ese beso cargado de veneno, que de mi boca espera ser el alimento de tu traición, o te vienes queriendo ser la bestia engalanada de mi muerte?
Porque has de ser tú, seguro, quien me aleje de esta mi soledad,
Para dejarme más allá de mi cuerpo, a la deriva….
No hay comentarios:
Publicar un comentario